jueves, 18 de febrero de 2010

Vuelve la Champions

Y vuelve demostrando una vez más lo difícil que es jugar fuera de casa en esta competición, sobre todo cuando llegan las rondas finales. Tres de los cuatro partidos se han resuelto a favor del equipo de casa, en ocasiones siendo teóricamente inferior (Lyon-Madrid; Oporto-Arsenal).





No hay que olvidar, por supuesto, la campanada, si es que se puede llamar así, del Manchester en Milán (2-3). El Milán, aunque no está en su mejor momento de los últimos años, apunta cierta mejoría esta campaña y además se adelantó en el marcador, pero Rooney demuestra una vez más por qué está llamado a ser la competencia directa de CR9 y los cracks del Barça (Messi, Iniesta y Xavi) para los próximos galardones individuales (para los que aún queda un mundo, no obstante) y le asesta un golpe casi mortal a la eliminatoria. En todo caso, no deben de menospreciar a un equipo como el Milán de cara a la vuelta, incluso cuando los últimos años los equipos italianos han sucumbido sin paliativos a los ingleses.

El resto de partidos, Lyon-Madrid, Oporto-Arsenal y Bayern-Fiorentina, acabaron con victorias locales, todas por la mínima y con incertidumbre, incluso en un caso con polémica arbitral a favor del Bayern.

El Real Madrid hincó la rodilla en Lyon, en su campo maldito (1-0), Gerland, pese a disponer de alguna que otra ocasión y en un partido más o menos parejo, si bien más dominado por el conjunto francés que por el madridista. Lo tendrá complicado para la vuelta, pero entiendo que sigue en la obligación de pasar ya que sólo necesita dos goles, y todo ello pese a la sensible baja de Xabi Alonso. Es el partido de Guti, estoy convencido.

El Arsenal, por su parte, debe estar aún llorando lo de ayer (2-1 en Oporto). Es inexplicable, patético y esperpéntico. Perder un partido de Champions que te puede suponer la eliminación por dos errores de tal magnitud es como para hacer que un equipo se venga abajo. Pero un error lo puede tener cualquiera y siempre hay que levantarse. Además, cuentan con el factor campo y un sólo gol les vale en caso de no encajar ninguno.

El Bayern-Fiorentina (2-1) muestra quizá la serie más abierta, pero en la que el primero necesitó de una actuación arbitral condicionante para sacar ventaja, y sólo sacó un tanto además encajando uno en su feudo, por lo que está en la misma situación que el Oporto. No le bastó con toda su artillería para decidir en casa y tendrá que jugarse todo en Florencia, donde lo tendrá más complicado si cabe que ayer, que no fue un camino de rosas, precisamente.

La semana próxima se viene la segunda parte de la ida de octavos, con los siguientes partidos:

Stuttgart-Barça
Inter-Chelsea
CSKA Moscú-Sevilla
Olympiakos-Burdeos

Atención en especial al supermorbo del Inter-Chelsea.

Saludos.

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