lunes, 18 de enero de 2010

Una debacle muy rentable

También hay quien dice que "no hay mal que por bien no venga", que es justo lo que debe estar pensando la parroquia culé y el mismísimo Pep Guardiola después de lo vivido tan intensamente esta semana. El equipo perdió en copa y quedó apeado de la posibilidad de ganarlo todo de nuevo, pero a la vez se quitó un peso demasiado grande de encima (más que los 200 millones gastados por el Real Madrid sobre los hombros de CR9 y Kaká), que no es otro que el "deber" de ganarlo todo de nuevo.

Una vez demostrado al mundo que el equipo es vulnerable como todos, que puede perder y que no es infalible, a la vez demuestra lo difícil que fue conseguir lo que logró el año pasado, pues, incluso jugando más y mejor al fútbol y acorralando a su rival, se aprecia cuán importante resulta el factor suerte para hacerse con la totalidad de los trofeos en juego cada año.

Es cierto que la Liga la gana el más regular, pero también es cierto que la Copa siempre fue el torneo de las sorpresas porque en un partido puede ganar cualquiera, y lo mismo ocurre en gran parte con la Champions League.

El Barcelona no sólo se ha quitado el peso de encima sino que además ahora dispone de más días de descanso para sus jugadores antes de los partidos de liga más importantes, y no volverá a jugar los partidos de Champions como el año pasado, esto es, con una acumulación previa de 6 partidos en 15 días, por ejemplo, sino que dispondrá de algo más de oxígeno para las piernas de Iniesta, de Messi y, por qué no, de Xavi (aunque a éste parezca no agotársele nunca).

No me olvido de la cara mala de esta derrota al margen de la derrota misma, que no es otra que la pérdida de esos 5 partidos que podían quedar de copa para Pinto, que difícilmente jugará más partidos a menos que caiga lesionado Valdés o que se gane la Liga con antelación.

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