martes, 15 de junio de 2010

Nuestro Mundial

Ha pasado un tiempo en el cual ni siquiera he actualizado un final de Liga trepidante, aunque sin sorpresa final.

Diversas cuestiones me han mantenido alejado del teclado durante este tiempo, pero llego justo a tiempo del comienzo. Del comienzo de nuestra selección en el Mundial.

No sé si seremos campeones. Pero sé que estamos capacitados para ello.
No sé si tendremos la suerte necesaria para que la pelota entre o la que tiren ellos dé al palo. Pero se hará todo lo posible por buscar esa suerte, por afinar ese tiro, por apurar esa estirada que aleje el balón de la puerta y, al final, el balón debería hacernos caso. No me cabe duda de que se va a luchar por ello.

Hay muchas cosas que son de dominio público a día de hoy: que hacemos el mejor fútbol, el más atractivo; que mordemos, que hay ganas de ganar, de lograr algo inaudito para nuestro país; que hay un gran grupo, no sólo deportivo, sino humano, con gente joven en su mayoría, buenos compañeros y con una tremenda ilusión colectiva; que después de muchos años, la sensación no es de segundón, sino de protagonista (el Europeo nos avala)...

Pero un Mundial requiere mucho más que todo eso: requiere nombre (siempre ha sido así en esta competición, incluso más que en la Eurocopa); requiere jugadores contrastados con personalidad y, por qué no, con mucha experiencia; requiere mentalidad hacia adentro y hacia afuera, esto es, mentalidad de equipo que puede ganar, pero también trasladar al resto de equipos que nuestra mentalidad es la más sólida; requiere suerte, y de muchas clases, no sólo la de que la pelota entre, sino de que los cruces caigan en buen momento (más allá de que los equipos sean mejores o peores, ya que por ejemplo bajo mi punto de vista es más fácil ganar a Brasil en octavos que en la final), que los árbitros no cometan errores garrafales como antaño, etc.



España de momento, ofrece lo que tiene, que es mucho: ganas, ilusión... y fútbol, mucho fútbol. Lo que pasa es que ese fútbol hay que demostrarlo en el campo, y ante selecciones de nivel mundial, a las que se ha ganado en amistosos pero que aquí se transforman, muerden, hacen triquiñuelas, trampas incluso, todo vale para ganar. Y hay que estar dispuesto a todo eso para lograr la victoria final.

Sé que no soy un iluminado que ha dado con la llave del Mundial, pero me atrevo a hacer un pronóstico: si gana España el Mundial, habrá sido gracias al MVP Iniesta; si no lo gana, será porque éste no ha estado a la altura o las lesiones no le han dejado participar lo suficiente. Ésa es mi clave en cuanto a nuestras opciones se refiere.

Mañana arrancamos ante Suiza y todo esto rueda y rueda sin cesar... hasta que alguien nos despierte del sueño en que estamos a punto de zambullirnos...

sábado, 8 de mayo de 2010

El día "gloricioso"

Disculpadme que utilice este término sacado de la última película de Tim Burton "Alicia en el País de las Maravillas", pero creo que es bastante clarificador de lo que puede suponer esta noche para uno de los equipos punteros de este país.

Se juega todo hoy. Difícilmente fallará quien llegue como líder a la última jornada. Es cierto que todo es posible, pero se antoja demasiado improbable que los culés sucumban en casa ante Valladolid o que los merengues no asalten la Rosaleda en caso de necesitarlo. El último precedente de hace dos temporadas (la de Capello) así nos lo dice.

El Barça se la juega en Sevilla, quien pugna por la Champions. En campo hostil, contra uno de los ataques más mortíferos pero no contra un equipo ordenado. Puede ser un toma y daca del que saque provecho quien esté más acertado ante la puerta. Un partido abierto, con ocasiones, puesto que el Barça sólo sabe atacar incluso para defender, y el Sevilla debe aprovechar sus puñales por banda para crear incertidumbre y mantener la tensión del rival, ya que de encerrarse, lo puede pasar mal ante los pequeños atacantes del actual campeón.

En la capital de España, los leones intentarán alcanzar el puesto de Europa League, con toda su artillería, con la vuelta de Javi Martínez, pero ante un Real Madrid embalado, aplastante y goleador, con lo que los pronósticos dicen claramente que la clave va a estar en el Pizjuán: si el Barça gana, será campeón; si no lo hace, lo será el Madrid.


Pero hay otra liga, a la cual continúo haciendo el seguimiento, que ha llegado en las condiciones más emocionantes posibles a este punto. La del descenso.

¡Qué partidos en esa zona!:

Xerez-Zaragoza: el primero descenderá casi con seguridad, aun ganando. El segundo, a la inversa. Aun perdiendo, lo más seguro es que se salve matemáticamente.

Valladolid-Racing: a vida o muerte. Si ganan los blanquivioletas, pueden adelantar al Racing en la clasificación en incluso salir del descenso y meterlos a ellos.

Getafe-Málaga: se la juega el equipo andaluz que en la última jornada recibirá al Madrid. Si hoy falla lo puede pagar al final. Y el Getafe se juega entrar en Europa League...

Sporting-Atlético: esperan los asturianos aprovechar la reserva de los colchoneros para certificar su permanencia, que incluso perdiendo pueden lograr matemáticamente hoy.

Tenerife-Almería: los isleños necesitan ganar en casa para escapar del descenso ante un equipo salvado en la última jornada.

Además, también hay pelea por la zona noble de la tabla y el acceso a Europa League y Champions aparte del que paralelamente encontramos en los partidos de lucha por el título o por eludir el descenso: el Mallorca visita al Depor para quitarle la cuarta plaza al Sevilla y el Villarreal recibe al vecino de Valencia, campeón de la "otra Liga".

Pasión como nunca en los últimos años en todos los frentes. Nadie llega desahuciado para nada, las rachas son irregulares y a priori, no hay grandes pronósticos en la igualdad.

Pero, eso sí, da la sensación de que tras la jornada de hoy, el 90% del pescado estará vendido y la reventa en la última clase puede que sea demasiado "cara" para algunos bolsillos.

¡Veamos qué nos depara la mejor Liga del mundo!

domingo, 18 de abril de 2010

La recta final

Van a quedar 5 jornadas para terminar la liga en cuanto cierren la presente Mallorca  y Osasuna este lunes en el Ono Estadi. Todo lo peleado hasta este momento va a servir de bien poco si no se aprieta el acelerador en estos últimos partidos y, por qué no decirlo, si los resultados de otros equipos no acompañan. Los nervios a flor de piel y la tensión de acero en estos últimos 450 minutos de fútbol para cada equipo.

Real Madrid y Barcelona peleando por el título hasta el final, sin concederse un respiro. Ayer el club de la ciudad condal tuvo un traspiés contra su vecino el Espanyol y hoy los blancos pueden acercarse a un punto. Lo dicho, no habrá tregua.

El Valencia, pase lo que pase hoy, parece que no debería tener problemas en conservar su puesto de privilegio con acceso directo a la Champions.

El Sevilla y el Mallorca pugnan por la cuarta plaza (este último, de ganar el lunes, la tomaría esta jornada), pero ven venir también con fuerza a otros como el Athletic, el Getafe y el Villarreal, que harán todo lo posible para meterse ahí o, al menos, para quedarse en la Europa League. Viene también por detrás el Deportivo, otro candidato para la segunda competición continental.

El Atleti ya utiliza la Liga como entrenamiento para sus semis en esta competición que mencionaba y para su final de copa.

Osasuna, Espanyol, Almería y Sporting están también en la zona de nadie, pero dependiendo de cómo se acabe dando este fin de semana y lo que ocurra en el próximo, podrían verse acuciados en el tramo final. Seguro que se acuerdan del Betis el año pasado, que nunca estuvo en descenso hasta los últimos 15 minutos de campeonato. El Racing, si gana hoy, se mete en el saco de los sin tierra.

Lo duro viene después. Hay cinco equipos que afrontan el tramo final con fuerza, con ambición y no en tan mal momento de forma, pero que se van a jugar las tres plazas de descenso (como sigan apretando a alguno de la zona sin tierra se lo llevan por delante): Zaragoza busca salir del peligro y juntarse con los de arriba; Málaga, que está a tiro de descenso esta jornada, pretende iniciar el ascenso hacia el mismo lugar; y en los puestos de abajo, Tenerife, resucitado en Gijón; Valladolid, que despertó de la mano de Javier Clemente; y el persistente Xerez prometen no dar un punto por perdido y llevar el miedo a todos los que los preceden en la tabla, pues ni mucho menos son equipos derrotados y la prueba de ello está en que los tres consiguieron los tres puntos en la jornada anterior, dos de ellos ganando a Atleti y Sevilla, dos de los teóricos grandes.

Lo cierto es que la Liga promete tensión, fútbol y sufrimiento hasta el final, y quizá este año sea un poco precipitado atreverme a dejar temporalmente fuera del cotarro a los de en medio, tal como aprietan los que vienen por abajo.

¡Estamos expectantes ante tanta tela que queda por cortar!

jueves, 1 de abril de 2010

Curiosidades de Champions

Estos cuartos de final de la máxima competición continental nos están dejando muchísimas curiosidades y morbo. Hay muchos jugadores con historias paralelas o encontradas, muchos equipos sorprendentes o sorprendidos hasta ahora, muchas previsiones certeras y otras rotas desde el inicio. Si en otras ocasiones me he decantado por un análisis más serio o profesional, en este caso me ha podido la vena curiosa y el amarillismo inglés. He aquí algunas perlicas que hacen tan especial esta edición de la orejona:

1. Le deux Bleus. Se han juntado dos en cuartos, los únicos dos que había, cercenando las opciones de que pasen ambos a semis, pero también garantizando que al menos uno de ellos llegue tan lejos, donde ningún otro francés ha llegado en los últimos años, desde que lo hiciera el finalista Mónaco en la época de Morientes, Plasil y Giuly. Platini, ¿de verdad no te fiabas de que ambos ganaran sus duelos y que pudieran llegar a la final? Creo que la mayoría de nosotros tampoco.

2. Entre feos anda el juego. Toma y daca de los más guaperas de nuestro continente, las dos "R": Rooney y Ribery. Pero el que metió dos goles en este partido salió perdiendo. Rooney abrió el marcador para su equipo pero igualó desviando el baloncito de Ribery en la segunda parte, y por si fuera poco, se lesionó en la jugada del 2-1 que dio lugar a su derrota. Mala suerte para el Red Devil que más miedo da, y también para los aficionados a su fútbol eléctrico y potente. Florentino, que no encuentra sucesor a Beckham (CR9 es menos glamouroso), se ha pasado al lado oscuro en sus preferencias: ¿con cuál se quedará?

3. El desquite de Mr. Hyde. A este hombre mejor no le recuerden que un tal Belletti marcó un gol histórico una gran noche de París. No fue garrafal su fallo, pero sí desgraciado, un poco a la par de lo que le ocurrió a su compatriota Valdés ante el disparo de Walcott, el balón iba justo ahí donde, aunque no lo parezca, es imposible poner la mano para sacarlo. Pero ayer, el Sr. Almunia dio su recital de paradas para desquiciar a todos, a todos menos al que siempre parece desquiciado, Zlatan, que nos sorprendió a todos con sangre fría cuando nadie esperaba que levantara la cabeza. En cualquier caso, cuidado con las opciones de este gran cancerbero de pasar. El que fuera portero titular en aquella final de infausto recuerdo para Almunia, Lehman, acaba de caer en octavos ante la misma apisonadora con cuatro chicharros en sus redes en el partido de vuelta.

4. Un ruso en cuartos?. No estamos en la UEFA (Europa League) sino en la Liga de Campeones, pero tenemos a un equipo dando guerra que apenas ha comenzado su temporada regular en Rusia y que, sin embargo, parece muy fuerte y dispuesto a todo. No sabemos aún si recabarán la ayuda del frío y la nieve en el partido de vuelta para doblegar al Inter de Mourinho, pero es que hace tanto tiempo que no vemos un partido allí en la más alta competición continental a estas alturas de calendario, que no sabría decir si aún hay suficiente nieve por allí como para sacar la pelota roja y poner a los neroazurri a correr con el motorizado Honda y compañía. Ayer no lo hicieron del todo mal y plantaron batalla. En casa, como de costumbre, montarán un infierno que derretirá cualquier atisbo de nieve o hielo, e incluso las ilusiones interistas están en peligro ante tal fenómeno.

5. Lo vemos todos juntos desde casa o desde el palco. Dios no quiera que se lesionen Xavi y Valdés. Pero tendría su sentido y todo, desde un retorcido punto de vista. Se han conjurado para vivirlo juntitos y calentitos, desde casa (o desde el palco VIP, igual de calentito casi). Iniesta les enseñó ayer el camino, mostrando al mundo su foto prepartido. Cesc se sumó demasiado pronto a la iniciativa de cara al partido de vuelta, con una tarjeta un tanto rigurosa que le dejará fuera (aunque después cayó lesionado y esto será mera anécdota). No contento con ello, después se llevó a su redil a su amigo Piqué, que, de forma también rigurosa, podrá acompañarle desde fuera. Y, por si fuera poco, se cargó a su otro amigo Puyol, éste incluso de forma más rigurosa que los anteriores, aunque lo pagó con una lesión inoportuna y desdichada (esperemos que llegue al Mundial al menos). ¿Nadie quiere jugar el partido de vuelta? ¿Nos tomamos unas cañas para disfrutarlo en lugar de saltar al campo?¿O nos quedamos con los canapés de la sala VIP?

6. Ni vio el partido, ni le interesa. Al señor Marcelo no se le atraganta la risa de milagro cuando le preguntan por el Barça en Champions. Bien aleccionado, responde que ni vio el partido ni le interesa lo que haga el Barça, al menos, digo yo, mientras no juegue la Liga, que es lo que tienen su equipo y aquél en común. La verdad, para ver 60 minutos de dominio como el de ayer de tu máximo rival, mejor no verlo. Pero quizá sí tendría mucho sentido ver cómo contrarrestar con dos "arreones" el fútbol total de los culés, sobre todo de cara a un partido para el que quedan sólo 9 días...

miércoles, 24 de marzo de 2010

El despertar de un elegido

No lo digo yo sólo. Lo dice Guardiola y lo dice medio mundo. El otro medio lo piensa pero, por diferentes razones, ya sea por prudencia, por envidia (los menos) o por incredulidad, no lo acaba de reconocer a voz en grito. Es la perogrullada del año: Messi parece, definitivamente, que puede ser el mesías del fútbol, el más grande.

En los últimos años hemos podido disfrutar de jugadores de altísimo nivel, algunos de los cuales hemos podido llegar a catalogar de astros del fútbol, incluso a alguno se le ha colgado la etiqueta de "entre los mejores de todos los tiempos". La mayoría de ellos tenía condiciones y clase para estar ahí, muchos de ellos además eran modélicos fuera del campo, han ganado títulos internacionales que les auparon al estrellato con todo merecimiento, pero ninguno de ellos aglutinaba tantas bondades individuales como atesora el pequeño Leo. Y ésta es mi humilde opinión, pero fundamentada, por supuesto, en datos o hechos que, sin poder llegar a ser objetivos, sí que pueden ser vistos casi con unanimidad. Para mí las claves son las siguientes:

1. Calidad individual, futbolística: el argentino es rápido con el balón y sin él, tiene desmarque y juego en corto, toca el balón con precisión tanto en los pases entre líneas como en los balones diagonales, cambia de ritmo a una velocidad pasmosa y hasta da la sensación de que anda en lugar de correr, haciéndolo además con estilo, tiene último pase, tiene llegada y gol, tiene remate lejano, temple para definir, para golpear con violencia, para colocar una falta en el fondo de las mallas o tranquilamente transformar un penalty, para rematar de cabeza anticipándose al defensa, que normalmente le saca 15 centímetros como mínimo, y, sobre todo, lleva siempre el balón pegado al pie y tiene regate para dejar sentado en medio palmo de terreno al defensa con la mejor cintura del mundo futbolístico. No tiene un pero en lo deportivo.

2. Calidad colectiva: es un futbolista de equipo, que si bien por sus características no se puede negar que realiza muchas jugadas individuales en las cuales da la sensación de que se basta para desarmar la defensa rival, siempre tiene un ojo puesto en los desmarques de los compañeros y rara vez no escoge la mejor opción, aunque evidentemente, en muchas ocasiones, la mejor opción sea terminar él la jugada, simplemente porque es el mejor y, teniendo él la opción, no la hay mejor. Conoce a la perfección el sistema en el que juega, a veces creado para él, y conoce muy bien a sus compañeros y lo que puede esperar de ellos, tanto para asistirles como para ver el mismo desmarque que ellos intuyen. Aunque se encuentre en un momento goleador, no deja de asistir a sus compañeros de forma clara en todos los partidos. No obstante, le falta ganar un mundial.

3. Espíritu y carácter: nunca se viene abajo, sabe echarse el equipo a la espalda en los peores momentos, lo que ha demostrado desde siempre, cuando con 18 años inclinó la balanza para su equipo en Stamford Bridge contra el Chelsea o arañó un empate en el Camp Nou ante el Real Madrid con un hat-trick. Pero no sólo en su fe y determinación se ve su espíritu. También en lo colectivo. Siempre está dispuesto a defender a sus compañeros, a dar la cara por ellos, siempre es humilde y nunca alza la voz a su favor, sino sólo a favor de los que le rodean y asisten en todos los partidos, a sus compañeros de vestuario. Y un último detalle de su carácter se pudo ver el domingo, recogido por las cámaras de Gol TV que nos lo mostraron ayer: cuando Messi recibe el penalty, queda exhausto tumbado en el suelo boca arriba. Cuando se incorpora, busca directamente, sin titubear, a su compañero Ibrahimovic, gafado totalmente en el partido y en los anteriores, y lo señala para indicarle que lanzará él el penalty. Estamos hablando de una actuación de 10, de un jugador que acaba de repetir una jugada de 10 en un mismo partido (la del segundo gol es igual de sensacional), que puede poner distancia en el duelo por el pichichi y por la bota de oro. Un jugador que, pese a todo ello, y en un momento de máximo cansancio (minuto 90 y después de semejante carrerón y caída), lo primero que pasa por su mente es la situación de un compañero. La imagen conmueve por lo espontáneo de la reacción del rosarino.

4. Responsabilidad e imagen: Leo no es un jugador estrella al uso. No se le conoce en la noche, ni en la fiesta. No se le conocen apenas sus affaires, porque no está en el foco de las cámaras y su vida privada es familiar y no da lugar al escándalo. Vive con su familia, que vino con él a España desde Argentina cuando el niño necesitaba un tratamiento de crecimiento para poder medir lo que mide, que sigue siendo más bien muy poco. Quizá por lo que le ha costado no pierde la cabeza y tiene los pies en el suelo, quizá también porque tener a la familia tan cerca siempre pendiente de él le ha facilitado tomar las decisiones correctas en su vida personal y, de momento, también en la profesional. Además, es un jugador que nunca da una mala imagen en el campo, que no ha protagonizado apenas jugadas de las que inevitablemente un jugador a veces se ve envuelto, como rifirrafes o trifulcas. Es tranquilo, tiene la sangre fría cuando recibe patadas casi siempre, y nunca hay nada que decir en su contra.



A este jugador le quedan muchos años por delante para demostrar si todas estas virtudes permanecen en él y en su carrera. No será fácil igualar este nivel a lo largo de las temporadas. Pero de momento, hace disfrutar a la gente, que le quiere, porque no es difícil coger afecto a alguien humilde que lucha cada día como el que más y que ahonda en el espíritu deportivo a la misma vez que, por su competitividad, aniquila en el campo con elegancia a los rivales que le salen al paso.

Éste es el jugador definitivo. Veremos si lo sigue siendo como hasta ahora.

viernes, 12 de marzo de 2010

Una lección táctica frente a la desazón

La otra cara de una noticia que es y será portada durante toda la semana en el panorama deportivo es su porqué más íntimo, la crítica constructiva o destructiva, según se mire, de la debacle más sonada de la temporada.

Mucho se ha escrito ya sobre ello, sobre los jugadores y sobre Pellegrini, centrando las críticas en éste, en Higuaín por su fallo, en Guti por desfallecer en la segunda parte... Lo cierto es que el equipo no funcionó tan distinto a otras veces en que salió victorioso. Lo que ocurre es que este equipo se mueve demasiado por empuje y alma, por arreones, y no por un patrón de juego que Pellegrini aún no ha conseguido implantar porque no ha tenido tiempo para ello y que sólo Xabi Alonso parece haber asumido con antelación a sus compañeros. Antes de la crítica, sólo diré que el Barça de Rijkaard necesitó hasta febrero o marzo para asumir el estilo que luego paseó por Europa triunfal y del que es heredero, con sus importantes matices, el actual equipo de Guardiola. Dicho esto, un equipo no se construye en seis meses.

En cuanto al punto débil del Real Madrid el miércoles, no fue sólo no estar conformado como equipo sino como suma de individualidades, puesto que a veces le ha funcionado con sólo esto. Es que se enfrentó a un sistema táctico ordenado (y modificado en tal sentido en el descanso) que anulaba el poder de sus estrellas hasta el punto de ahogarlas y abstraerlas del partido, y se enfrentaba a él sin la mayor de sus virtudes: el empuje o alma, el "otro fútbol".

El equipo de Puel plantó la batalla para que el gigante no despertara pronto y le maniató y sujetó conveniente y discretamente, sin que éste se diera casi cuenta, de manera que al despertar no fuera capaz de desplegar sus armas a tiempo. Y así fue.

Resultó tal el letargo en que estuvieron sumidos los blancos durante gran parte del partido que no hubo capacidad de reacción cuando despertaron. No quedaba fuerza para sacar ese alma necesaria para dar la vuelta a la eliminatoria. El equipo estuvo cómodo, demasiado cómodo con el 1-0 y no buscó el segundo a tiempo. Cuando le cayó el jarro de agua fría despertó de golpe y sobresaltado, se lanzó a ojos vendados no sabía dónde. No se dieron las circunstancias del partido ante el Sevilla, por ejemplo, cuando el equipo se fue enrabietando desde el minuto 5, estuvo en tensión y luchó durante todo el partido, hasta el final en que consiguió su objetivo. Las individualidades estuvieron, por definición, solas, y sin la chispa necesaria para entrar en ebullición. Mención aparte al desasistido CR9, que lo intentó en medio del desierto aunque sin éxito, nadie tuvo la mentalidad ganadora de otras veces.

Y, siendo ventajista y reconociéndolo por la obviedad, creo que lo que tumbó al Madrid no fue tanto el poco fútbol que pueda tener de conjunto, sino que no tuvo ese "otro fútbol" que sí tuvo ante el Sevilla y que hace florecer el talento de sus jugadores. No parecía que el equipo se estuviera jugando la vida, que es la mejor virtud de este Real Madrid y el orgullo de sus seguidores, como para los del Barça puede ser principalmente su estilo artístico de juego.

domingo, 7 de marzo de 2010

Fútbol es fútbol. Parafraseando a Vujadin Boskov

Y fútbol no es sólo combinar, tocar, jugar de lujo y hacer maravillas con la pelota. Fútbol en ocasiones es saber hacer un marcaje en equipo a un jugador peligroso y presentarle un terreno difícil en el que hacerse destacar. Fútbol a veces supone renunciar al toque bonito y creativo y aplicarse en una táctica estricta, ya sea para defender a un rival o incluso para atacar, siguiendo un patrón de juego, jugadas ensayadas (no sólo a balón parado) o enlazando una serie de mecanismos previstos para desarmar una defensa en línea, adelantada, muy armada por el centro...

Este año la palabra fútbol ha adquirido un sentido más estético que nunca. El campeón de todo tiene la culpa. Culpa inocente, si es que hay alguna. Han hecho de este deporte un deporte más artístico de lo que ha sido en años de cara al espectador, pero la verdad es que gran parte de ese fútbol ha tenido una base mayoritariamente compuesta por esos mecanismos y tácticas que acabo de recitar. Un estilo de juego que tiene como base un sinfín de mecanismos ensayados y que garantiza jugadas con ventaja, en las cuales entran en juego con mejores perspectivas la creatividad, el "arte" o el fútbol bonito: se trata del fútbol total. Un fútbol total que la temporada pasada se vio fortalecido por un apartado que ha sido, durante años, la asignatura pendiente precisamente del equipo que nos ha dado este fútbol total: el Barça. Y ese apartado es algo más que artístico. Es ajeno al fútbol en sí pero forma parte de él y fortalece sobremanera que éste fluya y deleite, pero sobre todo, que éste gane. Se trata de algo que podríamos denominar de muchas maneras y que conformaría un conglomerado de todas ellas: coraje, garra, no darse nunca por vencido, confianza... pero, sobre todo, fe. Fe en que vas a lograr una victoria, fe en que vas a lograr una remontada cuando parece imposible.

Y eso es lo que, de siempre, ha tenido el otro equipo en discordia en nuestra Liga: el Real Madrid. Ayer demostró eso. Hace dos y tres años ganó dos ligas casi sólo con eso. Con eso y con creatividad, pero me atrevería a decir que sin el resto de premisas necesarias para hacer el fútbol total. Y es que esa parte del fútbol que el Real Madrid domina tan bien es la más importante, porque es la que decide en un amplio porcentaje quién se lleva el gato al agua a igualdad del otro fútbol, incluso a veces en inferioridad de fútbol total. Ayer sólo fue un ejemplo más. Siempre se podrá defender que un equipo que no juega bien no merece ganar, pero desde luego, si gana por "este fútbol" es más que difícil defenderlo. Porque este fútbol que sale del alma y que visualiza la victoria cuando nadie da un duro por ella es el más difícil de practicar, el más difícil de mamar, pero, sin duda, no es el más difícil de contagiar. Se contagia en un club, en un vestuario. Hace dos años se contagió de ello Reyes, que pasaba por ahí y se marchaba después, marcando dos goles que valieron una Liga. Y este año en alguna ocasión, como ayer, ha sido Van der Vaart. También lo han sido otros que no contaban, como Saviola, incluso como Anelka que lo único que hizo en su año en el Madrid fue meterlo en la final de Champions para luego ganar el título. Y es que este fútbol de fe da para cambiar esquemas pero, sobre todo, para remontadas.

En una época en la que se habla de tanto fútbol como arte, porque así nos lo están enseñando y todos disfrutamos de ello, no está de más tener una deferencia con el otro fútbol, que tantas veces ha sido el más importante y fe de ello nos da la historia, que no ha coronado como campeona mundial a la que hizo el fútbol más bello durante cuatro años, Holanda, porque alemanes y argentinos supieron sacar ese otro fútbol mejor que ellos.

Hoy día el Barça hace el fútbol más bonito (cuando lo hace, que a veces se trastabilla y resulta demasiado plano), pero el Real Madrid sigue teniendo ese otro fútbol que tantas victorias le ha dado, algunas con arte y otras sin él, pero que valen lo mismo para la historia.

Y la decisión final de la Liga, si es que se da en el Bernabéu, tendrá más que ver con este fútbol que con el otro. Ya fue así el año pasado en que el Barça, pese a empezar por debajo en el marcador, fue capaz de dar un golpe de autoridad gracias a su fe y a que no le tembló el pulso. Este año, el vencedor del duelo, sea quien sea, estoy convencido de que será gracias a esto, no sólo a jugar mejor o peor.

Pero será el tiempo el que ponga en su sitio mi predicción, así como la mirada subjetiva de cada uno llegado el momento.

Por lo menos hoy sé, creo que todos sabemos, que tenemos mucho fútbol en nuestra liga, y con uno y otro disfrutamos casi por igual, cada uno según sus colores o simpatías.

Veamos qué fútbol se lleva el gato al agua al final, si acierto o no con mis augurios.